Terapia de Interacción Padres-Hijos
(Parent-Child Interaction Therapy, PCIT) (Eyberg, 1988)
La terapia psicológica es un proceso enfocado al cambio personal y al aprendizaje de nuevas maneras de tratar con los problemas, con las propias experiencias y con las dificultades de la vida.
Forman parte de la existencia humana los miedos, las crisis vitales, la tristeza. Si bien en muchas ocasiones los esfuerzos personales y la reflexión, nos llevan a dar con la salida, otras veces y siguiendo a Marino Pérez (2012) la persona, se enreda en su pensamientos, en su dolor y en si mismo y se aleja cada vez más de la solución del problema. La terapia pretende que la persona emprenda acciones, establezca compromisos, y oriente su vida en una dirección valiosa, que se «desenrede de si mismo y se enganche a la vida».
(Parent-Child Interaction Therapy, PCIT) (Eyberg, 1988)
Problemas de Conducta, Habilidades Sociales…
Es mucho más sensato enseñar a nuestros hijos a superar las frustraciones inevitables que hacerles creer en un mundo sin frustraciones (Gregorio Luri, filósofo)
La intervención ante problemas infantiles se lleva a cabo igualmente con una metodología conductual, basada en el análisis funcional de la conducta y tiene por objeto ofrecer un respuesta terapéutica a una serie de problemas psicológicos que pueden surgir en la infancia y/o adolescencia.
Terapia de Interacción Padres-Hijos (Parent-Child Interaction Therapy, PCIT) (Eyberg, 1988)
Siguiendo a Ferro y Ascanio (2014), la Terapia de Interacción Padres-Hijos (PCIT) es una terapia dirigida a intervenir sobre problemas de comportamiento en la infancia. Es un tratamiento con gran validez empírica y bien establecido según las normas de la APA (American Psychological Association) para tratar conductas problematicas en la infancia.
Los mismos autores refieren que desde PCIT la propuesta es convertir a los padres en los propios agentes de cambio en las dificultades de su hijo, enseñándoles a través del juego nuevas habilidades de modificación de conducta, un estilo comunicación más claro y como poner límites en la educación logrando de esta forma una mayor calidad en las relaciones familiares.
Áreas de intervención
– Problemas de conducta:
Desobediencia, rabietas, llantos…
Comportamientos agresivos, peleas, insultos…
Dificultad de relación con los iguales.
– Habilidades sociales, timidez, dificultad para comunicarse.
– Problemas del sueño.
– Enuresis, encopresis (problemas de control de esfínteres).
– Problemas de alimentación.
– Hábitos nerviosos, tics.
– Miedos, fobias.
– Problemas de ansiedad.
La vida es compleja, llena de incertidumbres, y con un sometimiento terrible al azar. Frente a la búsqueda de la felicidad me resultan más atractivas la valentía y el coraje de afirmar la vida (Gregorio Luri, filósofo)
Se trabaja fundamentalmente en el marco de las terapias contextuales, partiendo de que los problemas de la persona tienen que ver con su historia, sus relaciones con los demás y consigo mismo, con sus propias experiencias, sentimientos, pensamientos y eventos privados y de que la relación terapéutica es el medio a través del cual va a tener lugar el cambio personal. Se pretende resituar a la persona cara a la vida y lograr que actúe en una dirección valiosa.
Las terapias contextuales que aquí se describen son complementarias, y ponen cada una el énfasis en distintos elementos, sin dejar a un lado los aspectos que resaltan las otras, por lo que pueden usarse simultáneamente. Si bien la Psicoterapia Analítico Funcional (FAP) (Kohlenberg y Tsai, 1991) se propone como un marco terapéutico comprensivo para la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999) y la Activación Conductual para la depresión (AC) (Martell, Addis y Jacobson, 2001) (Ferro García, Valero Aguayo, López Bermúdez, 2009; Valero Aguayo et al., 2011).
Psicoterapia Analítica Funcional (FAP) (Kohlenberg y Tsai, 1991)
Parte de los principios del análisis funcional del conductismo de Skinner, y pone el énfasis en el establecimiento de una relación terapéutica genuina, comprometida, que será el contexto donde se produzca el cambio terapéutico y donde la persona pueda aprender nuevas conductas y nuevas maneras de afrontar su vida. FAP asume que tanto las causas de los problemas psicológicos de las personas como el tratamiento están estrechamente relacionado con las relaciones interpersonales, (M.Tsai, R.J. Kohlenberg y col, 2009) es por ello que entre sus objetivos está el que el cliente pueda llegar a establecer relaciones personales basadas en la confianza, la expresión emocional y la cercanía.
FAP propone una teoría del “yo” y una forma de intervención ante los problemas de las personas que se sienten inseguras, que muestran una gran sensibilidad ante los demás, o que tienen serias dificultades para saber lo que sienten, lo que piensan o lo que quieren o bien que sus ideas, sentimientos o pensamientos están bajo el control de otras personas.
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999)
La mayoría de las personas se acercan a la terapia con sufrimientos, recuerdos desagradables, experiencias demoledoras, sentimientos de tristeza y ansiedad que desean eliminar para así poder retomar su vida. ACT parte de que el sufrimiento humano es parte inseparable de la existencia y se vale de la aceptación, de la elección de una dirección valiosa hacia la que encaminarse y del compromiso con acciones orientadas hacia esos valores personales, para que la persona se ponga en camino. Se necesita audacia, valor y esfuerzo para actuar y comprometerse a pesar de las dificultades. La aceptación no es resignación ni fatalismo, es estar abierto a las emociones, a los sentimientos y las experiencias y estar dispuesto a seguir adelante a pesar del dolor.
Activación Conductual para la depresión (AC) (Martell, Addis y Jacobson, 2001)
El modelo conductual sostiene que la depresión es una respuesta lógica a la perdida de alicientes e incentivos en la vida. La depresión siempre tiene sentido para el terapeuta que trabaja desde esta perspectiva. Cada persona deprimida tiene una historia única. A veces hay un acontecimiento negativo claramente identificable, en otras ocasiones se han producido pérdidas de manera gradual y las dificultades han ido apareciendo imperceptiblemente. En otros casos parece como si todo estuviera bien pero la persona siente que su vida está vacía. De cualquier modo, la depresión siempre tiene sentido en términos contextuales, teniendo en cuenta las circunstancias actuales y la historia de la persona. La Activación Conductual trata de conseguir que la persona se active, tome nuevamente las riendas de su vida, se comprometa y actúe en una dirección que considere valiosa.
Áreas de intervención
– Depresión.
– Ansiedad, estrés.
– Miedos, fobias.
– Conductas obsesivas.
– Problemas de personalidad y del yo: Inseguridad e inestabilidad, dificultad para saber lo que se siente, piensa, quiere…
– Timidez y dificultad para relacionarse y comunicarse.
– Agresividad, dificultad para tolerar los conflictos.
– Dificultad para expresar necesidades, sentimientos, ideas u opiniones.
– Dificultad en las relaciones sociales.
– Problemas en las relaciones de intimidad.
– Problemas del sueño, insomnio, pesadillas…
– Problemas de pareja.
(FAP) (Kohlenberg y Tsai, 1991)
(ACT), (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999)
(AC) (Martell, Addis y Jacobson, 2001)
Depresión, ansiedad, estrés, miedos, fobias
(FAP) (Kohlenberg y Tsai, 1991)
(ACT), (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999)
(AC) (Martell, Addis y Jacobson, 2001)
La violencia contra la mujer no es un hecho aislado…
La Psicología Forense se encarga de aplicar la psicología al ámbito jurídico… más información
La vivencia de una relación de pareja marcada por el control, el poder, el acoso y la violencia emocional, física y sexual, supone una experiencia altamente dolorosa y traumática para la mujer.
Los efectos de una relación abusiva y de los malos tratos comprenden en diferente medida, estado de animo decaído, pérdida de interés, sentimientos intensos de infravaloración y culpa, dificultad para pensar, resolver problemas y tomar decisiones, ansiedad, temores intensos, alteración del sueño, problemas con los hijos, deterioro social, personal y laboral.
Las terapias contextuales ofrecen una respuesta terapéutica adecuada a las personas que han pasado por diferentes traumas, que tienen problemas emocionales y de intimidad. Promueven el cambio personal y al aprendizaje de nuevas maneras de tratar con los problemas, con las propias experiencias y con las dificultades de la vida, por lo que son una forma de intervención idónea para las mujeres que han sufrido violencia de género.
Entre los objetivos de la intervención están lograr que la mujer acepte su historia y las experiencias traumáticas que ha vivido, que comience a pensar en ella misma, a tomar decisiones, a expresar opiniones y a involucrarse en proyectos personales. La mujer tiene que aprender a protegerse, a valorar el riesgo y a la vez a comprometerse con tareas que le lleven a tener una vida significativa y que a la vez permitan a ella y a sus hijos vivir en un entorno familiar libre de violencia.
Psicoterapia Analítica Funcional (FAP) (Kohlenberg y Tsai, 1991)
Parte de los principios del análisis funcional del conductismo de Skinner, y pone el énfasis en el establecimiento de una relación terapéutica genuina, comprometida, que será el contexto donde se produzca el cambio terapéutico y donde la persona pueda aprender nuevas conductas y nuevas maneras de afrontar su vida. FAP asume que tanto las causas de los problemas psicológicos de las personas como el tratamiento están estrechamente relacionado con las relaciones interpersonales, (M.Tsai, R.J. Kohlenberg y col, 2009) es por ello que entre sus objetivos está el que el cliente pueda llegar a establecer relaciones personales basadas en la confianza, la expresión emocional y la cercanía.
FAP propone una teoría del “yo” y una forma de intervención ante los problemas de las personas que se sienten inseguras, que muestran una gran sensibilidad ante los demás, o que tienen serias dificultades para saber lo que sienten, lo que piensan o lo que quieren o bien que sus ideas, sentimientos o pensamientos están bajo el control de otras personas.
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999)
La mayoría de las personas se acercan a la terapia con sufrimientos, recuerdos desagradables, experiencias demoledoras, sentimientos de tristeza y ansiedad que desean eliminar para así poder retomar su vida. ACT parte de que el sufrimiento humano es parte inseparable de la existencia y se vale de la aceptación, de la elección de una dirección valiosa hacia la que encaminarse y del compromiso con acciones orientadas hacia esos valores personales, para que la persona se ponga en camino. Se necesita audacia, valor y esfuerzo para actuar y comprometerse a pesar de las dificultades. La aceptación no es resignación ni fatalismo, es estar abierto a las emociones, a los sentimientos y las experiencias y estar dispuesto a seguir adelante a pesar del dolor.
Activación Conductual para la depresión (AC) (Martell, Addis y Jacobson, 2001)
El modelo conductual sostiene que la depresión es una respuesta lógica a la perdida de alicientes e incentivos en la vida. La depresión siempre tiene sentido para el terapeuta que trabaja desde esta perspectiva. Cada persona deprimida tiene una historia única. A veces hay un acontecimiento negativo claramente identificable, en otras ocasiones se han producido pérdidas de manera gradual y las dificultades han ido apareciendo imperceptiblemente. En otros casos parece como si todo estuviera bien pero la persona siente que su vida está vacía. De cualquier modo, la depresión siempre tiene sentido en términos contextuales, teniendo en cuenta las circunstancias actuales y la historia de la persona. La Activación Conductual trata de conseguir que la persona se active, tome nuevamente las riendas de su vida, se comprometa y actúe en una dirección que considere valiosa.
Los hijos y la violencia
La violencia contra la mujer no es un hecho aislado. Con frecuencia, la persona que maltrata, también dirige el control y la violencia hacia otros miembros de la familia, en especial los hijos, como mecanismo para conseguir sus objetivos. Incluso aunque no haya una violencia activa sobre ellos, ser espectador de la violencia sufrida por la madre y/o vivir en un entorno familiar donde se percibe tensión, amenaza y agresividad ejerce un efecto negativo sobre su desarrollo como personas y como miembro de una familia. Los hijos pueden experimentar ansiedad, problemas de inadaptación escolar y social, baja autoestima, irritabilidad, problemas del sueño que pueden requerir ayuda psicológica.
Valoración forense en violencia de genero
Si por su lugar de residencia, o circunstancias no puede acudir en persona a la consulta, existe la opción de llevar a cabo la terapia de manera online por: Videoconferencia, a través de Skype o de la plataforma de Telepsicología Van Mullen, manteniendo las mismas garantías de confidencialidad y privacidad que en que las sesiones presenciales.
La terapia online puede ser tan eficaz y rigurosa como la terapia presencial y aunque en un primer momento pudiera resultar fría para algunas personas, esa sensación suele pasar tras las primeras sesiones, algo que se contrarresta con la gran ventaja que supone la posibilidad de elegir al profesional deseado y poder recibir atención psicológica especializada a pesar de que los horarios o las circunstancias vitales dificulten la asistencia al centro.
Para llevar a cabo una terapia online, debemos proceder de la siguiente manera:
Enviar un correo electrónico a psicologa@rosariovaca.com o a través del formulario de contacto de la página web, explicando brevemente la razón de la consulta, así como el nombre, teléfono, preferencia de horario y fecha para las sesión.
El coste y duración de las sesiones online (aproximadamente una hora) es el mismo que el de las sesiones presenciales. Una vez concertada la cita, el abono puede realizarse de manera sencilla mediante transferencia bancaria o por Bizum al menos con 24 horas de antelación a la sesión.
C/ Manantial Nº13. Local 141
11500, El Puerto de Santa María, Cádiz
Mov.: (+34) 644 214 625
psicologa@rosariovaca.com
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